sábado, 3 de enero de 2009

Rozando sus labios



El sonrió. Ella le devolvió la sonrisa.
Hubo un breve silencio, no de esos incómodos y vacíos, sino la clase de silencio que se llena con una mirada repleta de significado. Y esa mirada fue suficiente.
Los dos lo supieron, no podían esconderse mas....

Ella soltó un suspiro y el le acarició la mejilla con la punta de los dedos. Otro suspiro.
Sus ojos seguían cruzados y en ellos se podía distinguir un reflejo del fuego de sus corazones, el fuego de su pasión.

Esta vez fue ella. Levantó sus finos dedos y poco a poco los fue acercando a su rostro, hasta alcanzar sus labios. Eran finos y suaves. Se estremecieron con el contacto de su piel.
Con la misma delicadeza que ella, subió sus dedos hasta su rostro rozando sus labios carnosos.
Un escalofrío recorrió su cuerpo, y él aparto los dedos de su boca, pero justo en ese momento ella le frenó, agarro su mano y la besó.

Poco a poco sus rostros se fueron acercando, una mirada más intensa, un roce entre sus labios... y pasión, solo amor y pasión.

Para siempre, un cuerpo, un corazón

5 comentarios:

Marta (Tuki) dijo...

Ay qué estremecimiento más bueno...

Polux dijo...

Liebe...

vaya... hay cosas que simplemente suceden, hay que saber disfrutarlas. bien que lo hagas.


un saludo.

Marta (Tuki) dijo...

Cariño,cuídate mucho,que queremos verte pronto.Mira que eres...te voy a extirpar las amígdalas para que no se te vuelvan a inflamar!!

TE QUIERO BALDRACCA

Navegante dijo...

De que bella manera relataste lo que puede ocurrir en instantes.
Es más que grato visitar blogs con tal sensibilidad.
Besos

S .M.T dijo...

Oh amor…

sin ti

las madrugadas …

están desteñidas
y las noches

pierden magia.




UN FUERTE ABRAZO