Vete lejos, pero no sueltes mi mano

Llevo mucho tiempo pensando en ti,
oliendo cada instante, soñando cada roce.
Llevo mucho tiempo fuera de mi,
corriendo hacia tu mente, buscando aquel rincón.

Necesito la llave.... àbreme la puerta.

Bàilame el agua.
Ùntame de amor y de otras fragancias de tu jardín secreto.
Sácame de quicio, hazme sufrir...
Ponme a secar como un trapo mojado.
Lléname de vida, líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora.
No me arrastres, no me asustes.
Vete lejos...pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Toca mis ojos, nota la textura del calor.
¿Por cuánto te vendes?
Píllate los dedos y deja que te invite a un café.
Caliente claro.
Y sin azúcar... sin aliento

"Bàilame el agua"

Llegó la Navidad...
A ver como pasa este año. Habrá que comprarse un árbol con lucecitas, a ver si con eso me entra el espíritu navideño.
De pequeña, en Noche Buena, todos esperaban ansiosos ese tilín-tilín de la campanilla de Papá Noel que venía desde el patio de casa de mis abuelos. Yo no. Vale, quería regalos como cualquier otro niño... pero ese momento del tilín-tilín me aterraba. Era oirlo y empezar a llorar.
Ahora pienso en ello y no sabría decir muy bien el porque. A cualquier niño le gustan los regalos, Papá Noel, los Reyes Magos... toda la Navidad, y de hecho creo que a mi también me gustaba... gustar no, pero la disfrutaba. Más que nada por los regalos. Pero ahora pienso en la Navidad... no puedo, no quiero. Ya no me salvan ni los regalos... No me gusta. Me parece muy triste. Supongo que me viene desde pequeña...
Y por eso mismo, como he dicho antes, me voy a comprar un arbolito de los chinos, lo voy a decorar y lo voy a poner en mi cuarto. A ver si por fin me entra el espíritu navideño.
Dicho esto, feliz Navidad a todos! Que aunque no nos guste, siempre se intenta disfrutar.

Dicen que el chocolate sustituye al amor....

Habrá que conformarse con eso.